Se ha enterado esta sandía que un bombero de Bilbao, que los
bomberos son de donde les da la gana, se negó a participar en el embarque de
tres contendedores de bombas con destino a Arabia Saudí, uno de los países más
ricos del mundo y uno de los países, si no el que más, implicados en todos los
bochinches de oriente medio (que se lo digan a los Yemenies o a los Sirios),
pero también en otros asuntos más espinosos y turbios que tienen que ver con
terrorismo, y eso sin hablar de la escandalosa situación de los derechos
humanos o de la vergonzosa discriminación de la mujer en su propio territorio.
Se negó a participar, nuestro bombero, porque sabía de todo
esto y pensó que aquellos contenedores se iban a utilizar para masacrar
poblaciones civiles, posiblemente, y posiblemente acertara.
Se le abren a esta sandía dos o tres frentes de reflexión.
Primero, si a los médicos que no quieren practicar abortos
se les debe respetar la objeción de conciencia, porque no se le admite a este
bombero al que se le abre un expediente que puede acabar con una sanción de 3 ó
4 años de empleo y sueldo (que de empleo solo no estaría mal, que a mí me
parece que personas así merecen nuestro reconocimiento, aunque solo fuera con
un saque de honor en un partido del Athletic) solo por negarse a hacer algo que
todos deberíamos negarnos a hacer y admitir, que se fabriquen y vendan bombas
como si fueran sandias.
Segunda cuestión, Qué narices hacen 4 toneladas de bombas en
Bilbao con destino Arabia Saudí, ¿Mejorar la economía patria?, ¿favorecer las
políticas de alianzas con las potencias del golfo?.
España lleva mucho, pero muchos años fabricando y vendiendo
armas, no en balde somos el séptimo exportador mundial de armas y no en balde,
Arabia Saudí es uno de nuestros principales compradores, con Irak, Turquía y
Australia (que debe costar más mandar las pistolas y las bombas hasta allí que
hacerla in situ, digo yo) y somos miembros de la OTAN que sin duda no es un
Club de relax y cuando a alguien (a un bombero de Bilbao, sin ir más lejos) se
le ocurre simplemente esgrimir su conciencia contra tanta barbarie y tanta
injusticia, solo se nos ocurre expedientarle y amargarle la vida para que a
nadie, ni bombero de Bilbao, ni oficinista de Fuenlabrada, se nos ocurra
oponernos al orden militarista establecido.
Yo desde este humilde sandiería pido reconocimiento y
solidaridad a quien simplemente ha hecho lo que tod@s deberíamos hacer ante
hechos de este tipo. Basta ya de participar en el negocio de la guerra.
Convirtamos nuestras espadas en arados.