martes, 31 de enero de 2017

Publicidad y construcción de los estereotipos ambientales y de género



Escucho dos anuncios hace unos días y hasta hoy no me he decidido a decir nada, no porque me faltaran palabras, sino porque me faltaba tiempo, pero vaya, ahí dejo mi reflexión.


El primero y más antiguo es de la Dirección General de Tráfico (DGT) el spot se llama “de Carlos a Carlos, el papa de Isabel” y se inicia con una voz en off que dice “de casa al colegio y del colegio a ballet” sigue por esos mismos derroteros anunciando los distintos itinerarios que el papa de Isabel hace con su hija hasta alcanzar la cifra de 350.000 Kms recorridos en coche.


Me llama la atención que toda la vida de la niña Isabel se hace en coche. Va al colegio en coche, va a las actividades extraescolares en coche, va a la playa, al parque de atracciones a la sierra, siempre en coche.


Si según los datos de la propia DGT la media de Kms. recorridos por los español@s es de 9.000 al año, significa que el papa de Isabel ha llevado a su hija en coche durante los últimos 38 años, es decir, que Isabel ya no es tan niña o el papa de Isabel hace una burrada de Kms todos los años.


Pero lo que a mi entender es más grave, es el mensaje que lanza este anuncio, todo lo que haces, todo lo bueno, todo lo sacrificado, pero también todo lo gratificante que hace el papa de Isabel lo hace en coche.


Hay otro en radio que con un enfoque parecido te pide que hagas memoria de cuando ibas al colegio, luego al instituto, a la universidad etc y siempre en coche hasta completar esa bonita cifra mágica de 350.000 kms.


Con mensajes como estos, es claro que l@s ecologistas y l@s amantes de la Movilidad Sostenible nos tenemos que ir a paseo (en coche). Y no digo yo nada de l@s peatones y l@s ciclistas, est@s no existen. El papa de Isabel no lleva a su hija a un parque (o si la lleva será en coche) no la enseña a montar en bici, o si lo hace será encaramando la bici a la baca de su coche.


Son este tipo de mensajes, además institucionales, los que destruyen cualquier posibilidad de alimentar un cambio de mentalidad entre la ciudadanía. ¿Para que me mato yo en hablarle a los chavales de 12, 13, 14 años de los institutos, de ser respetuosos con la naturaleza, de reducir la huella ecológica si luego viene el Gobierno de España y nos ensarta con su loas a los 350.000 kms del papa de Isabel?


Una vez más la publicidad se pone al servicio de las conductas perniciosas para la salud de la ciudadanía, construyendo imágenes de felicidad en base a la destrucción de nuestro patrimonio natural más imprescindible, el aire. Mala publicidad y mal@s responsables polític@s que aceptan esta propuesta, o la incitan.


El segundo anuncio que me ha animado a escribir esta “sandiada” lo he escuchado esta mañana, y tiene como protagonista a una empresa de seguridad que lleva todo el mes anunciándose tomando como base la historia de una pareja a la que han robado en su casa.


Hay varios anuncios que ahondan en el mismo esquema y en la misma construcción del rol de la mujer ante un suceso violento, pero el de hoy ya era de traca.


Se oye la voz de la mujer hablándole al contestador automático de su marido. Le está diciendo que se ha encontrado la puerta abierta de la casa y la cerradura forzada, que ha mirado un poco y todo está revuelto pero que no se atreve a entrar (hasta aquí todo normal) pero el esperpento llega cuando finaliza su alocución diciendo con la voz en un puño “llámame, no sé qué hacer”. Pausa reflexiva.


Pues que va a hacer, ella y cualquiera. Llamar a la policía, incluso antes que, al marido, pero no, se construye la imagen de una mujer, débil, aterrorizada, ignorante, que necesita del “macho alfa” una respuesta urgente para corregir su incapacidad para tomar decisiones.


La publicidad sin duda es una de los grandes aportes culturales del siglo XX, pero también es uno de los elementos que más ha contribuido y contribuye a construir una imagen de nosotr@s hecha a medida del PODER, del económico y del patriarcal, que suele ser lo mismo.


Una imagen de nosotr@s hecha para perpetuar una situación de desigualdad e injusticia donde las mujeres son el sexo débil y los hombres los únicos capaces de tomar las decisiones adecuadas, ¿Verdad Donald?.


En fin, seguiremos espiando el mundo y dándole a la tecla para buscar la mejor forma de ser mejores, mientras tanto. Viva México.