jueves, 5 de mayo de 2016

ARTE o fútbol



Ayer fue una tarde-noche para no olvidar. 


Mientras algunos/as veían en los bares, internet o canales de pago a 22 tipos (más árbitros y cambios) en pantalón corto dar patadas a un balón, algunas y algunos miles oíamos-veíamos a los cantautores de toda la vida, los de siempre, pero también los de ahora y los de mañana, porque, a lo que se vió-oyó ayer, la mayoría de las malas cosas que pasaban a finales de los 70, principios de los 80 del pasado siglo, siguen pasando ahora.


Ismael Serrano (algo soso para mi), Luis Eduardo Aute (en forma pese a tener más años que Al Alba), Luis Pastor (genio, figura, Vallekano, Cubano, Extremeño todo pasión) y Silvio Rodríguez (con la voz ahumada por edad y sabiduría, pero tan llena de poesía, de amor, de Revolución, como siempre) nos dijeron, le dijeron a todo el mundo, que los Cantautores están aquí, que no se han ido, que vinieron para gritarle la verdad a los poderosos del mundo y siguen haciéndolo porque la mentira sigue gobernado este mundo.


No os voy a contar cada una de las canciones que cantaros-canté-cantamos, sería demasiado, pero seguro que esa en la que piensas, también.


Al Alba, por supuesto. Te doy una canción, como no, insuperable. Ojalá, que remedio y para mi-nosotros (ella lo sabe) Pequeña Serenata Diurna. Todas no, falto el Unicornio Azul, pero ya se sabe. Se perdió.


Tarde-Noche de banderas también, no muchas, pero banderas cubanas entre la gente y republicana en los versos de Luis Pastor.


Una noche de solidaridades, con Ecuador (más que necesario) con los precariados (Ismael Serrano), con los griegos y esa propuesta de Aute de crear el FPIGS (Federación de Paises Libres del Gran Sur, desde Chipre a Portugal), de no olvidar el barrio, los barrios en los que nacimos-vivimos-crecimos-amamos-odiamos y ahora queremos recuperar en la voz y los versos actuales de 1975 de Luis Pastor.


Una noche para conocer porque la canción San Petersburgo la compuso Silvio basándose en una historia que le contó García Marques para curar el miedo de un vuelo tormentoso, aunque no hace mención a ella en la canción, pero ya se sabe: “No habla de esa historia, pero no habría sido posible sin ella”.


Una tarde-noche al fin y al cabo para recordar los conciertos de la transición, que sabías cuando empezaban y porque se hacían (para traer la cultura, la luz, la vida a la calle que nos habían robado durante 40 años), pero solo acababan cuando cantaba-cantábamos la última canción.


También una canción para gritar que Si, que si se puede (un si, se puede, el mío, antropológico, cultural, holístico). Y espero que en Villaverde, en Carabanchel, en Latina, en Vicalvaro o en Moratalaz, podamos seguir pudiendo escucharles-escucharnos dentro de poco, a ellos y a nosotros, a los Cantautores de los que nos sabemos de memoria sus canciones y a los cantautores que estamos aprendiendo las nuestras y devolverles a nuestros hijos y nietos (el que los tenga) la esperanza en un tiempo mejor con nuestras canciones, para poder elegir entre ARTE y fútbol.


Yo de momento el 15 de mayo en Fuenlabrada espero cantar-cantaros-cantarnos algunas de esas cancionoes.




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