martes, 23 de junio de 2015

Anda SEAT, ya te vale.



Escuché la semana pasada una cuña radiofónica que me puso casi todos los pelos, el vello o lo que se os ocurra que pueda ponerse, de punta.

El anuncio decía: “Me enseñó a montar en bici” nunca le ganará a “me regaló mi primer coche”. Tú eliges cómo quieres ser recordado. Porque ahora con SEAT, cuanta más alta sea la nota del examen de selectividad de tu hijo, más alto será el descuento que recibas para su próximo coche.

La verdad es que no sé cómo decíroslo, pero me parece amoral, me parece antisocial, me parece decadente, casposo, melifluo, absurdo, pero sobre todo me parece de una brutalidad ecológica y humana rallando en lo perseguible penalmente.

¿A  qué mente calenturienta se le ha ocurrido semejante aberración?.

A una, que desde luego no se ha dejado la mitad de los riñones y todos los músculos de la región lumbar intentando enseñar a sus hijos/as, sobrinos/inas a montar en bici.

Y es que, además del dolor que tal práctica reporta al progenitor/a, que suelen ser los actores de estas prácticas, ¿cómo valorar el miedo a una caída?, ¿el desconsuelo que estas provocan?, ¿los minutos de contacto directo entre padres e hijos, agachados sobre el sillín o apoyados en el baño lavando las rodillas de los infantes/as?. Escenas estas que se producen además, en un momento central de la vida, aquel que representa el primer paso hacía la emancipación, el primer paso de autonomía que los padres/madres les otorgamos a los hijos, montar en bici e irse por ahí, al otro lado del parque.

Ese momento mágico es sustituido en este anuncio por el talonario bancario, además obviando que la mayoría de los padres/madres, no podrán comprar un coche nuevo, ni con un 10 ni con un 14 de sus hijos en la selectividad.

Olvidando que una relación familiar jamás se puede sustentar en el tener y no en el ser.

Pero no importa la mierda de familias a las que pueda representar este eslogan, lo importante es vender coches. La ley del Mercado por encima de la Ley de la Vida.

Ya no habló pues de ecología, de movilidad sostenible o de reducir la contaminación, hablo de hacer de los padres/madres y de los hijos/as sujetos de unas relaciones basadas en el amor y el respeto y no en la cantidad de regalos superfluos que puedan pagarse.

Desde luego si mi hija me dijera alguna vez esto que dice el anuncio de SEAT, me sentiría fracasado como padre y como persona. Ahora bien. ¿Se sentirán fracasados los ejecutivos de SEAT como miembros preponderantes de nuestra sociedad? Eso que tanto les gusta defender a la CEOE y a la derecha política.

No, a ellos les importa un pimiento que valores trasmiten siempre que vendan y que quien transmite el mensaje sea “el mercado” y no la responsabilidad, la moral y la ética.

Yo de momento no me compro un SEAT y seguiré enseñando a montar en bici a quien me lo pida. Me parece infinitamente más importante y más saludable.

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