Esto que os voy a contar me ha pasado a mí, en primera
persona, nada de la prima, de la amiga, de la abuela de la tía de un amigo. A mí,
bueno, a mí no. A los árboles que tenía enfrente de mi casa.
147 árboles. Ni los más bonitos, ni los más sanos, ni los
más frondosos, pero coño, mis árboles, nuestros árboles, los de los vecinos de
la Ciudad de los Ángeles.
Pues sí, a estas alturas ya os imaginaréis que les ha
pasado. De raíz, si, de raíz los han arrancado unos y cortados a ras de suelo
otros. Mierda.
Ayer cuando salí de casa a las 7.30 estaban allí, cuando
volví a las 15, estaban sus cadáveres y cuatro o cinco vecinos (y una
periodista) de velatorio, mientras los técnicos de la empresa presuntamente responsable
del arboricidio, dentro del recinto del antiguo cuartel de ingenieros de
Villaverde, pedían a los obreros que no hablaran con nosotros, y en el Ministerio de Fomento y el SEPES,
responsables políticos del entuerto, a la luna de valencia, que me consta que
no sabían nada de nada.
“Estaban enfermos” han alegado en su defensa, parece que incluso
con un informe técnico del Ayuntamiento de Madrid árbol por árbol, que pedía su
tala por peligro de caída de ramas (anda, mira tú, llevan meses cayéndose en
el retiro, pero talamos los de
Villaverde, telita de informe tesnico y de igualdad de trato).
Y me pregunto yo ¿todos?
¿No se salva ninguno en más de 500 metros de hilera y entre más de 140 árboles? ¿Van
a talar todos los que tengan peligro de caérseles una rama?. ¿No deberían haber
hecho algo antes de llegar a esto? (que os conste que no, que no han hecho nada
ni en la Junta Municipal ni en el servicio de medio ambiente del Ayuntamiento
de Madrid).
Esto entonces es más grave de lo que parece. No vamos a
curar a nuestros árboles. Vamos a eutanasiarles como medida preventiva. Santo
Dios.
Pero además es bastante sospechoso, para quienes vivimos
allí y los hemos visto día tras día, a los árboles y a esas obras de
urbanización del cuartel que se los han llevado por delante, nos parece
sospechoso digo, que la cota del acerado que están instalando desde hace un par
de semanas no coincidiera con la de los árboles que ahora han talado. Lo mismo
son imaginaciones nuestras. Desde luego no tenemos informe tesnico, pero vaya,
ojos en la cara si.
Me dicen también que la Junta Municipal lo conocía y debería
haber informado a los vecinos, pero claro, mejor cortamos y luego les pegamos
con el informe tesnico y a ver quién es el guapo que se opone. Pues yo, que no
por guapo, pero si por tesnico, por
ecologista y por vecino responsable.
El gran drama de esta ciudad es que los que la gobiernan no
la conocen, no saben que pasa en ella y les da lo mismo un árbol, que una
marquesina, que un túnel innecesario y costotísimo. Todo es una oportunidad de
negocio para amigos y amiguetes y en todo caso un estorbo que hay que quitar,
talar o esconder. Y luego se llaman adalides de la defensa de la vida. De su
vida deberían decir.
Pere además, por si fuera poco, ete aquí que el técnico, un
ténico sin identificar, que habló con los dolientes en la mañana de ayer,
anunció a bombo y platillo que se repondrían los árboles talados con otros
jóvenes y se colocarían a ocho metros unos de otros (esta publicado en El Pais,
por si luego alguien se desdice).
Pero si los que han cortado estaban a cuatro metros
significa que van a reponer, LA MITAD y además de incumplir el proyecto y el
compromiso con los vecinos, incumplen la Ley del Árbol de Madrid que establece
que en caso de ser obligada la tala (cosa que no se yo), se debe plantar un
árbol por cada año de edad del sacrificado. En este caso, unos 25 o 30 por cada
árbol, es decir, 3.675 árbolitos nuevos. Y voy yo y me lo creo que lo van a
hacer. Que voy yo y me lo creo vaya.
Pero no pasa nada, total estos árboles, nuestros árboles,
mis árboles, ni se manifiestan, ni protestan, ni gritan, ni patalean, ni votan
y si nos damos prisa, ni se enteran (los vecinos). Así son las cosas en la Villa y Corte. La eutanasia
como tratamiento preventivo. Válgame Seña Botella.
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