Vaya polvareda que se ha marcado la Seña Botella con eso de
anunciar que va a peatonalizar un par o cuatro barrios más del centro de Madrid
(que ya veremos si lo hace y como lo hace, que al menos yo, no me fio nada).
Vaya polvareda entre las filas del PP que no dan crédito.
La
Seña del adalid de la privatización. La esposa del paladín todos los
liberalismos, prohíbe circular al signo más genuino del capitalismo, del
individualismo y del triunfo del americanismo en la economía y la política
españolas. El coche.
Que sacrilegio hurtar de libertad a los ciudadanos.
¿Libertad?, ¿Pero de qué Libertad hablan estos que hasta hace 10 minutos pretendían
eliminar a las mujeres su derecho, su libertad a decidir cuándo ser madres?.
¿Que Libertad?, la de esos que no tienen remilgos en
mantener los comedores escolares cerrados o en recortar las ayudas para luchar
contra la Violencia de género. ¿Esa libertad?.
Peatonalizar más barrios del centro de Madrid no es un mala
medida, todo lo contrario, es la medida idónea para ir disuadiendo de utilizar
el coche en una zona, de la M-30 para adentro para entendernos, que ya no
soporta los niveles de contaminación, ruido y stress producidos por un tráfico
inducido por esos liberales de pacotilla escondidos en los salones de Sol,
Cibeles y Moncloa con M-30, 40 y autopistas radiales.
Es una medida imprescindible porque un millón de coches
entrando y saliendo de nuestra ciudad la hacen una de las más peligrosas para
sus habitantes de toda Europa, provocando más de 1.800 muertes al año.
¿De que libertad hablan? De esa de tener que coger el coche
porque el Metro o el autobús tardan una eternidad, o porque han quitado la
línea de bus, o porque han subido tanto las tarifas del Transporte público que
me sale a cuenta aguantar el atasco. ¿De esa libertad hablan?.
Lo que tienen que hacer es garantizar la libertad de
respirar un aire de calidad. La Libertad de poder optar por otras formas de
transporte que no contaminen, ensucien y entorpezcan nuestra hermosa (en otros tiempos)
ciudad.
Estos “héroes” de la Libertad, de una libertad mediocre,
hecha a medida de quienes pueden pagársela, no de la de todos que esa no les
importa.
Una Libertad para que ellos puedan, con sus arrogantes carros de
multiples caballos, circular por donde les plazca. Les importa poco que sus
humos malolientes entren y salgan de los pulmones de los demás, eso si, cuando
les molestan es sus guaridas de lujo, bien que cortan las calles de la Moraleja
para que nadie ensucie y enturbie su paz y su descanso, ahí si que la Libertad
no cuenta, porque es la de los otros y protegen la suya.
Dejensé de hablar de libertades en minúsculas y pongansé a
trabajar para garantizar la LIBERTAD, la de poder tener trabajo digno, la de tener una hipoteca justa y un
banco responsable, la de poder estudiar lo que se quiere y no lo que se
puede, la de ser sanado y tratado igual sin importar la cantidad de ceros de la
cuenta corriente.
Los Liberales del siglo XIX han derivado en oligarcas del
Siglo XV con tecnologías del XXI y se visten con la Libertad cuando lo que
quieren decir es privilegio.
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