lunes, 7 de abril de 2014

A LA CAZA



Si hay una actividad que me dé más repugnancia que La Caza, son las corridas de Toros, pero tengo que reconocer que mi fobia por estas, es más reciente.

Que un Señor o Señora con escopeta, se esconda tras un parapeto para esperar que otros señores (aquí sí en masculino) les lleven a seres vivos para acribillarlos a balazos, perdigonazos o de lo que se llenen los cañones de sus escopetas, es superior a mis fuerzas.

Tampoco me gustan los que van en plan paseo dominical disparando a todo lo que se mueve, incluidos ciclistas y senderistas (y habló con conocimiento de causa y muchos perdigonazos oídos a escasos centímetros de mis piernas, brazos y cabeza). 

Entiendo que La Caza pudiera ser una actividad tradicional, también lo era la quema de herejes, pero mira tú, a nadie se le ocurre hoy quemar a un hereje (o si, que algunos con casulla y tonsura no sé yo, no sé yo).

Incluso puedo llegar a admitir que en algún momento muy puntual, algún tipo de caza (descastes los llaman en tesnico lenguaje) es necesaria para controlar especies cuya proliferación insostenible, tiene que ver más con la mano del hombre (y de la mujer también) que con sus propias capacidades regenerativas. Aunque yo prefiero la menos impactante “esterilización”.

Pero lo que mi corta mente es incapaz de entender, es porque tenemos que matar como deporte, como ocio, como actividad lúdica. 

Ni lo entiendo ni quiero entenderlo. La muerte no entra entre mis prioridades.

Pero lo que me subleva (así, en plan 2 de mayo) es el exquisito trato que se les da a los cazadores y a sus actividades. Un trato que hace que nadie quiera mencionar (en partidos que tienen entre sus preceptos acabar con la injusticia, que quieren un sistema republicano laico y que apuesta por una España Federal), ya no la abolición de La Caza, sino ni tan siquiera una limitación, una pequeña cortapisa. Nada de nada.

El lobby de los cazadores es muy fuerte y sobre todo, tienen mucho dinero y mucho poder.

Porque no olvidemos que en el Prestige, uno de los grandes desastres ecológicos de nuestro país ¿Dónde estaban los mandamases?.  Cazando.

Solo recuerdo en los últimos 20 años o más un Ministro que haya dimitido por un escándalo. ¿Qué escándalo?. Que siendo Ministro de Justicia, estaba en una montería con un Juez famoso (otra prueba de lo que digo: Un juez, famosísimo y mundialmente reconocido defensor de los humanos, que mira tú por donde, también es cazador, vaya por Dios).

Y eso sin mencionar a nuestro monarca, que se rompe las caderas cazando elefantes en donde haga falta.

Y ahora mi Borjamari favorito, firma un convenio con Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León para que el permiso de caza (o de matar, que para el caso es lo mismo) sea válido indistintamente en estas comunidades.

Mira tú que es complicado, incluso imposible, que se coordinen en temas de sanidad, de educación, de medio ambiente, pero en lo de la caza. Una montería bien montada un fin de semana, les ponemos juntos a los Consejeros en el mismo puesto (que no digo yo que haya pasado, pero no sería ni la primera ni la última vez) y pim, pam, pum, un acuerdo entre tiro y tiro.

Y encima los ilustrados, que en todos sitios hay, te espetan, a la que te descuides, que "La Caza es parte de la genética de nuestra especie. El Hommo Contaminatus caza por que recuerda lo que sus ancestros hicieron y de esa manera se reconcilia con su origen animal"

Anda que no. Yo diría más bien, que los Cazadores son más animales y más bestias que a los que disparan y desde luego, si con algo me parece que emparenta La Caza es con actividades clandestinas poco edificantes,  porque si no ¿para que esconderse en un parapeto en medio de un monte? Si no fuera eso, pues quedarían en un Museo o Campo de fútbol, o en un restaurante de moda de una o varias estrellas Michelin. Que luce y además es menos opaco.

Lo dicho. Ni cazo ni creo que nadie deba cazar, pero hacer ostentación de buena gestión ambiental y de capacidad de coordinación por aprobar un carnete de cazador multicomunitario, esto ya me lleva a los demonios.