Vaya fin de semana de ciclogénesis periodística. Lo digo,
porque antes, esta era una borrasca “del copón”, pero ahora los medios de
comunicación nos han puesto color a las alertas y nos hablan de explosiones
ciclogenéticas y ahí estamos. Aprendiendo economía, derecho (por aquello de
tanto imputado, imputada e infantada) y meteorología.
Sin embargo llama la atención, que de meteorología sabemos
mucho. Que los gobiernos y sus Institutos meteorológicos nos ponen colores de alerta,
pero medias contra la causa de este desajuste hormonal planetario, ni una.
Nuestros gobernantes, los de Madrid, los de España, Europa,
Rusia y los USA, están preocupados por sus primarias, secundarias, Eurovegas y
leyes antimujeres o anti-gays.
Se les llena la boca hablando de planes de empleo europeos
para jóvenes (y que no se me va la risa cada vez que oigo esto, ja, ja, ja. Serán
cab…) o eliminar Guantánamo.
Pero mientras tanto Gran Bretaña inundada de cabo a rabo con
el invierno más húmedo de los últimos 200 años, ahí es nada.
California sufre la peor sequía de los últimos 500 años (por
cierto que como lea este Monsieur Cañete, propone un trasvase Támesis-San
Francisco y se queda tan ancho. Y que lo haga SACYR).
Canadá y la costa este norteamericana, han tenido las
temperaturas más bajas y las mayores nevadas de los últimos 40 años.
La Estaca de Bares se ha quedado a 10 centímetros de su
record de mayores olas con 12.8 metros, como un edificio de 5 plantas que se te
caiga encima, con su espumita y todo.
La Coruña a punto de rebasar su record de precipitaciones en
un arranque de año, y eso que por allí siempre llueve tela.
En Valencia no ha llovida todavía este año (otro trasvase
señor cañete. Sil-Turia).
El mes de enero ha llovido un 37% más de lo normal y hemos
tenido 20 de temperatura más
que la media, el tercer enero más cálido desde 1961..
Dicen los expertos, algunos poco expertos diría yo. Que no
es el Cambio Climático, sino un calentamiento del Océano Pacífico que modifica
el clima a escala mundial (es ahora cuando me vendría de perlas el emoticono
ese, ese de los ojos como platos, ¿sabéis?).
Mirar, o yo soy muy tonto (que lo soy) o blanco y en botella
suele ser leche.
Pero claro. El Cambio Climático molo en los primeros años del
siglo XXI porque era otra posibilidad de negocio, pero ahora...
Ahora, el negocio está en otro sitio (la educación, la
sanidad. Los servicios sociales), los impuestos a la autoproducción energética cepillándose
las energías renovables descentralizadoras para seguir quemando carbón, petróleo
o gas (de efecto invernadero todas).
Miren ustedes. Nos estamos cargando el clima del planeta. Le
pese a quien le pese. Y, o hacemos caso a los avisos o ya empieza a ser tarde
para reaccionar.
Empiezan las maquinarias electorales a preparar los
programas de los partidos, grandes, pequeños y medio pensionistas, para
europeas, municipales, autonómicas y de todito el estado español.
Espero que el Cambio Climático y la sensatez nos haga
proponer y votar a quienes nos propongan ideas de futuro (energías renovables
en forma de tejados solares, movilidad sostenible con bajadas del precio del transporte
público, recuperación de la biodiversidad con Parques Nacionales no de
atracciones, todo ello con unas posibilidades de crear más de 3 millones de
empleo en toda Europa y por encima del medio millón en España, por ejemplo) y
no esas viejas ideas de “crecimiento del PIB al 3% para crear empleo”, o nuevos
Eurovegas con cualquier otro promotor de dudosa alcurnia.
No más carreteras hacía la nada y aeropuertos para el desastre.
Será responsabilidad de los partidos proponer medidas que
combatan al enemigo (el cambio climático y la crisis ambiental) y palien sus
consecuencias (sequias y lluvias extremas, entre otras). Pero también será responsabilidad
nuestra votar a quienes propongan esas “nuevas ideas” y castigar a los viejos
hacedores de milagros, a costa de nuestro futuro.
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