viernes, 7 de febrero de 2014

¿Y cuando no quede nada que vender?



El Gobierno de la Comunidad de Madrid tiene un afán vendedor y especulativo que da miedo. 

Empezó vendiendo, intentando vender mejor diría, los hospitales. Esos que habían hecho con el dinero de todos y que ahora querían que otros hicieran negocio con ellos con la excusa de una mejor gestión (más cara diría yo) y con la falta de recursos públicos para satisfacer las necesidades sanitarias de los madrileños (y mira tú por donde les regalan más de 3.000 millones de euros a los grandes “herederos” que no pagan impuestos en esta región).

Luego les han vendido, regalado estaría mejor dicho, a los fondos de inversión que gestionan el patrimonio de la familia del Consejero del ramo (Golman Sanch o como se diga, la empresa) y otra empresa inmobiliaria llamada AZORA, 3.000 viviendas sociales al módico precio de 65.000€ cada una.

Viviendas que ahora sacan a la venta en internet por 180.000€. 

Además, viviendas con personas que ya viven en ellas, que esa es la otra. Venden viviendas en las que vive ya gente, osease, que o les echa quien las vende o quien las compre les echa, a no ser que simplemente se trate de… si… ESPECULAR. 

Y tanto que especular. Seguro que habéis echado la cuenta mentalmente. 3.000 viviendas a 65.000 Euros son 195 millones, pero mira tú por donde, si venden las viviendas, pongamos a un precio medio de lo que están pidiendo, por 150.000 €, sale una cantidad de 450 millones. 

De lo que podemos concluir que Golman Sanch y AZORA se embolsarán la bonita cantidad de 250 millones del ala, solo por…. ESPECULAR.

Pero no queda ahí la cosa.

Ahora resulta que el Señor Consejero Cavero (el mismo de las viviendas, pero en su versión de transportista comunitario) plantea vender los terrenos “no utilizados” por Metro de Madrid para conseguir unos 40 millones de euros. 

Terrenos que habrá que ver que calificación urbanística tienen y cuál es la que negocia la Comunidad de Madrid con el Ayuntamiento Botellín para que puedan hacer ahí unos pisitos de lujo, unos centros comerciales chachipe, y algún que otro complejo deportivo de alto standing. Ya os digo yo. Algo de eso, que no necesitamos.

Ya sé que me pierdo entre tantas cifras, pero a lo que iba.

¿Si vendemos los hospitales. Vendemos los pisos sociales. Vendemos los terrenos de Metro. Si recortamos todos los servicios y nos cargamos la Sanidad y la Educación para cumplir con nuestro cariiiiísimo objetivo de un “estado pequeñín” y unos impuestos inexistentes, al menos para los más ricos, no estaremos haciendo un pan con unas hostias, que se dice en mi barrio?

Si vendemos lo que tenemos, nos quedamos sin ello. Y si nos quedamos sin ello luego no podremos recuperarlo y si lo recuperamos lo tendremos que hacer a un precio enorme que nos impedirá hacer las cosas que realmente necesitemos. ¿Y todo esto para qué?.

Fácil. El Partido Popular ha entendido que en Madrid le quedan dos telediarios, pero como no quieren que quien venga después pueda cambiar lo que ellos han “montado”, ¿qué mejor que no dejarles nada?. 

¿Qué mejor que arrasar con todo, de tal forma que cuando lleguen otras personas con otras ideas y con otras formas de entender las cosas no tengan nada con lo que actuar y por lo tanto se vean obligados a hacer lo mismo que ellos están haciendo?. Vender.

Eso se conoce como política de campo arrasado. Esa es la política a la que hemos asistidno y vamos a seguir asistiendo durante los dos próximos años, a esa, y al desfile de dirigentes madrileños por los despachos judiciales. Que la privatización de la Sanidad la hemos parado, pero no será lo único, ni lo último.

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