viernes, 13 de diciembre de 2013

EUROVEGAS. Análisis de Urgencia



Vaya, y eso que era un proyecto mayúsculo. 


Y eso que era la salvación de la nación. De la española y de la catalana si te ponías.


Y eso que los que nos oponíamos éramos unos insensatos que estábamos aún en las cavernas y que teníamos discursos decimonónicos más propios del Concilio de Trento.


Si, claro que lo dijeron. Que yo lo he escuchado con estos oídos.


Nos dijeron no sé cuántas mentiras y nos prometieron no sé cuántas insensateces y ahora, cuando ya Tomás Gómez dijo en junio que el proyecto Eurovegas no salía porque no encontraban financiación y porque las bolsas americanas y europeas, los bancos de inversión y las agencias de renting auguraban mucho peligro en esa inversión.


Ahora que han cambiado todas las leyes que al Sr. Adesón le dio la gana que se cambiaran. 

Bueno, la del fumeteo en los casinos no ha dado tiempo, porque era la excusa.


¿Ahora pretenden que nos creamos que han sido ellos, los chicos del Gobierno, los que en defensa de los intereses generales le han dicho que no a Adelsón?


Anda y que se lo cuenten a otro, que a mí no me engañan.


La única verdad verdadera es que el PP de Madrid fió toda su estrategia de salida de la crisis a este proyecto (porque son incapaces de pensar en otra cosa que no sea el negocio por el negocio ).


Le prometieron y le cambiaron leyes a Adelsón, todas la que quiso y más. Y ahora los que de verdad están en crisis son ellos. Sin apoyos, bajando en las encuestas y sin una propuesta interesante, fiándolo todo a…. a nada.


Pues yo me alegro.


Me alegro de que se confirme que Eurovegas no se hace.


De que se confirme que González mintió.


Me alegro que se confirme que Esperanza mintió. Y que algún otro tenga que comerse sus palabras.
 

Lo que siento y lo siento de verdad, es que los más de 600.000 desempleados, que seguro que en algún momento pensaron, ¡Ojala sea cierto!, tendrán que seguir esperando a que cambien los tiempos. No queda mucho. En 2015, allá por mayo, van a cambiar.


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