Dice Ana Botella que el “Relaxin cup” va a ser de impuestos,
que nos va a bajar la tasa de basuras un 15% este año y luego el de
circulación y luego el IBI, je, y algún/a iluso pensará que, que bien.
Na de
na, lo de siempre en las élites neoliberales, nos anuncian reducciones de
impuestos que, para que nos vamos a engañar, nuestros bolsillos no notan nunca,
pues a quien si les afecta y de qué manera, suele ser a los ricos y a los muy
ricos y, nosotros, a no ser que me tengas engañao, ni lo uno ni lo otro.
Dice la Seña Botella (castizo a más no poder ¿Eh?) que nos baja
la tasa de basuras. Por cierto, una tasa que nunca nos deberían haber cobrado,
pues ya se incorporó al IBI allá por los años 80, (cuando todos conocíamos el
impuesto por el también castizo nombre de “contribución).
Pues bien, nos
introdujeron otro más con el mismo nombre (que no me sale que palabra usar,
reintrodujeron, no es la más apropiada, pues nunca lo sacaron) y ¿para qué?,
pues para pagar los fastos de enterrar la M-30, absolutamente innecesarios y
absolutamente faraónicos (más contaminación e iguales atascos más 30 años de
deuda con los bancos, mira tú) y eso sí, dejar nuestra calles llenas de mierda,
si mierda, al menos la mía, que todos los perros del mundo parece que hayan
cagado en ella (que culpa también tienen los dueños, que no digo yo que no,
pero la Seña Botella, como alcaldesa alguna tendrá, o ¿los recortes en limpieza
los he mandado yo?) y es que según me dicen los operarios de limpieza (vaya,
los barrenderos de siempre, oficio con el que nos amenazaban ser nuestras
madres sino estudiábamos y que ahora está de los más cotizado) les han
prohibido recoger los excrementos caninos (mira que sé ser fino).
Pero no solo no recogen las cacas perrunas, sino que vaya
uno por donde vaya de la ciudad, está, cada vez aparece más dejada de la mano
de Botella, González, Gallardón y Dios, el que crea. Y ahora nos bajan la tasa
de basuras. Y yo le digo a la Seña Botella. No me toque la tasa y límpieme las
calles, las plazas, los parques, los descampados (no me meto con el residuo
domiciliario que es otro lío que dejo para otro día). No me diga que me baja
nada cuando lo que hace es quitarme todo.
Esta es una vez más la falacia neoliberal. Bajamos los
impuestos. Como bajamos los impuestos tenemos menos recursos y dejamos de
prestar servicios o los privatizamos.
Al final usted/tu y yo pagaremos más,
pues ya estoy viendo a las empresas de limpieza de los portales de cada quisque
incluyendo en sus presupuestos un apartado de limpieza de la calle, por el que
te soplaran un tanto por ciento y si a esto se le suma las dos “tasas de
basuras” (la de toda la vida en el IBI y la de Galladodón-Botella), estoy yo por
decir que no nos van a bajar nada, que lo que vamos a hacer a no tardar mucho
es, limpiar nosotros mismos nuestro trozo de calle, como hacen en los pueblos y
a costa del sueldo de cada uno (el que lo tenga) y luego vendrá algún lúcido
vecino o administrador de finca avezado y propondrá mancomunar a los
propietarios de varios edificios para contratar un servicio de limpieza de los
espacios comunes, jardines, polideportivos, plazas y descampados. Y la Seña
Botella propondrá en su próximo programa electoral nuevas reducciones de
impuestos que nadie notaremos, que traerán como consecuencia pérdida de
servicios que tendremos de nuevo que pagar (ya creo que no podremos más,
pero…), hasta conseguir el objetivo neoliberal de que los pobres seamos pobres de
verdad, con nuestras miserias bien a las claras, las calles hechas una mierda (las nuestras que las suyas las harán "particulares" y de paso exclusivo),
las casas medio caídas y el hambre en la cara y en el alma. Como en el siglo
XVIII, que por cierto es el Siglo en el que se basan las teorías económicas
neoliberales, por mucho que en Chicago le dieran una manita de pintura de
posmodernidad.
Lo dicho, que la Seña Botella nos quiere bajar los
impuestos, pero no nos lo creemos, que aunque inglés no sabremos, de engaños tenemos un “master” hecho.
Estoy contigo. Que no bajen nada y a cambio que barran más. Será por esa prohibición que comentas pero esta semana hemos tenido dos mierdas de perro bien restregadas y olorosas en plena calle Gran Vía. Menuda imagen damos.
ResponderEliminar