lunes, 23 de septiembre de 2013

¿Madrid limpio? Ni de broma Seña Botella.

Este sábado entrevistaban a la Señá Botella en la Cadena SER y mira tu, no sé si por mi último blog (no creo, a tanto no aspiro, de momento) o quizás por esa tontería de bajar las impuestos,  le preguntaron a la Seña Alcaldesa por la limpieza viaria y ella dijo aquello de "Madrid es una ciudad muy limpia. Los turistas se asombran de lo limpia que esta Madrid". 

Como yo creo que esta Señora no pasea por Madrid y tu si, te propongo lo siguiente. Deja un comentario en este blog y haber que opiniones sacamos. Yo desde lueog digo que NO. Que Madrid es una ciudad muy, muy sucia.

Debería la Señá Botella visitar pueblos tan "aislados" como La Hiruela o Montejo (estuve el sábado) y podrá ver lo que es una calle limpia.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Relaxing Cup los impuestos en la Cibeles.



Dice Ana Botella que el “Relaxin cup” va a ser de impuestos, que nos va a bajar la tasa de basuras un 15% este año y luego el de circulación y luego el IBI, je, y algún/a iluso pensará que, que bien. 

Na de na, lo de siempre en las élites neoliberales, nos anuncian reducciones de impuestos que, para que nos vamos a engañar, nuestros bolsillos no notan nunca, pues a quien si les afecta y de qué manera, suele ser a los ricos y a los muy ricos y, nosotros, a no ser que me tengas engañao, ni lo uno ni lo otro.

Dice la Seña Botella (castizo a más no poder ¿Eh?) que nos baja la tasa de basuras. Por cierto, una tasa que nunca nos deberían haber cobrado, pues ya se incorporó al IBI allá por los años 80, (cuando todos conocíamos el impuesto por el también castizo nombre de “contribución). 

Pues bien, nos introdujeron otro más con el mismo nombre (que no me sale que palabra usar, reintrodujeron, no es la más apropiada, pues nunca lo sacaron) y ¿para qué?, pues para pagar los fastos de enterrar la M-30, absolutamente innecesarios y absolutamente faraónicos (más contaminación e iguales atascos más 30 años de deuda con los bancos, mira tú) y eso sí, dejar nuestra calles llenas de mierda, si mierda, al menos la mía, que todos los perros del mundo parece que hayan cagado en ella (que culpa también tienen los dueños, que no digo yo que no, pero la Seña Botella, como alcaldesa alguna tendrá, o ¿los recortes en limpieza los he mandado yo?) y es que según me dicen los operarios de limpieza (vaya, los barrenderos de siempre, oficio con el que nos amenazaban ser nuestras madres sino estudiábamos y que ahora está de los más cotizado) les han prohibido recoger los excrementos caninos (mira que sé ser fino).

Pero no solo no recogen las cacas perrunas, sino que vaya uno por donde vaya de la ciudad, está, cada vez aparece más dejada de la mano de Botella, González, Gallardón y Dios, el que crea. Y ahora nos bajan la tasa de basuras. Y yo le digo a la Seña Botella. No me toque la tasa y límpieme las calles, las plazas, los parques, los descampados (no me meto con el residuo domiciliario que es otro lío que dejo para otro día). No me diga que me baja nada cuando lo que hace es quitarme todo. 

Esta es una vez más la falacia neoliberal. Bajamos los impuestos. Como bajamos los impuestos tenemos menos recursos y dejamos de prestar servicios o los privatizamos. 

Al final usted/tu y yo pagaremos más, pues ya estoy viendo a las empresas de limpieza de los portales de cada quisque incluyendo en sus presupuestos un apartado de limpieza de la calle, por el que te soplaran un tanto por ciento y si a esto se le suma las dos “tasas de basuras” (la de toda la vida en el IBI y la de Galladodón-Botella), estoy yo por decir que no nos van a bajar nada, que lo que vamos a hacer a no tardar mucho es, limpiar nosotros mismos nuestro trozo de calle, como hacen en los pueblos y a costa del sueldo de cada uno (el que lo tenga) y luego vendrá algún lúcido vecino o administrador de finca avezado y propondrá mancomunar a los propietarios de varios edificios para contratar un servicio de limpieza de los espacios comunes, jardines, polideportivos, plazas y descampados. Y la Seña Botella propondrá en su próximo programa electoral nuevas reducciones de impuestos que nadie notaremos, que traerán como consecuencia pérdida de servicios que tendremos de nuevo que pagar (ya creo que no podremos más, pero…), hasta conseguir el objetivo neoliberal de que los pobres seamos pobres de verdad, con nuestras miserias bien a las claras, las calles hechas una mierda (las nuestras que las suyas las harán "particulares" y de paso exclusivo), las casas medio caídas y el hambre en la cara y en el alma. Como en el siglo XVIII, que por cierto es el Siglo en el que se basan las teorías económicas neoliberales, por mucho que en Chicago le dieran una manita de pintura de posmodernidad.

Lo dicho, que la Seña Botella nos quiere bajar los impuestos, pero no nos lo creemos, que aunque inglés no sabremos, de engaños tenemos un “master” hecho.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Hay que cambiar las “tradiciones”.



Existen “tradiciones” muy arraigadas en algunas zonas de nuestro planeta que incluyen que los ganadores de las batallas se coman el hígado y el corazón de los perdedores (Nueva Guinea Papúa). 

“Tradiciones” como que las mujeres salgan con Burka a la calle para que no provoquen a los pobres varones y que además, estas mujeres no accedan a la educación más básica pues su misión en la vida es solo y exclusivamente procrear y atender a su marido y demás familiares varones (Afganistán, Pakistán y alguno más).

En algunas zonas del planeta es “tradicional” la ablación del clítoris (gran parte de África)

En algunas zonas de nuestro país es tradicional perseguir y lancear a un toro hasta su muerte. (Tordesillas).

No sé si todas estas “tradiciones” merecen tu repulsa, incluso tu asco y si crees que lo lógico sería prohibirlas y hacer todo lo posible para que no sigan produciéndose. A mí sí. Quizás porque en un tiempo fui “torerista” y he asistido a unas pocas corridas de toros en Las Ventas, se dé lo hablo. Del sufrimiento de un animal acorralado, de los vómitos de sangre en los estertores tras ser atravesados por un sable. De las fuentes de sangre tras ser agredido por un “picador” poco avezado (no es dramatismo ni exajeración, lo he visto no una, sino casi todas las veces).

Por todo ello no puedo soportar ni un momento más estar callado. 

No es una “fiesta”, no es una “tradición” es una salvajada que deberíamos, si realmente queremos ser civilizados y dignos de llamarnos “personas del siglo XXI” abolir más temprano que tarde.

Y no me vale el argumento “conservacionista” de que sino se estiguirían los Toros. Los Tigres de Bengala se están extinguiendo y nadie plantea que para conservarlos los exhibamos en Circos en peleas a muerte. ¿O sí?.

El sábado por la tarde habrá una manifestación contra el Toro de la Vega de Tordesillas desde la Plaza de Colón hasta la Plaza de España. Aunque no soy “animalista” si soy sensible con el sufrimiento de los indefensos (personas y animales) y por ello pienso acudir y pedir el fin de tal aberración cultural  y humana. Si tú lo crees también, pues nos vemos.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Madrid 2024



¿Y si puestos a imaginar, pasamos de la Olimpiada de 2024 y nos proponemos otras cosas, otros retos?.

¿Y si nos proponemos que nuestra ciudad y nuestra región utilicen en 2024 el 50% de su energía eléctrica proveniente de energías renovables instaladas, por ejemplo, en los tejados de nuestras ciudades?

¿Y si asumimos el reto de que el 70% de los viajes realizados en nuestra ciudad y en nuestra región se hagan en transporte no motorizado o en Transporte público (hoy estamos en menos del 50%?.

¿Y si ponemos en marcha un Plan para ampliar el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama que transforme las propuestas de nuevos planes urbanísticos en mejoras de los servicios a los vecinos serranos y en proyectos que, por ejemplo, hagan posible que la energía eléctrica de los pueblos de la sierra provenga de plantas de biomasa alimentadas por las limpias del monte que ayuden a evitar y controlar los incendios forestales?

¿Y si nos proponemos que Madrid ciudad y Madrid región se conviertan en la ciudad y la región de España con mayor número de empleos verdes (supondría más de 100.000 puestos de trabajo?.

¿Y si reconducimos todas las energías empleadas en proyectos baldíos como Eurovegas en un gran Plan de I+D+í+S (Investigación, Desarrollo, innovación y sustentabilidad) que convierta a nuestra región y nuestra ciudad en líder mundial en proyectos empresariales limpios, dignos y de calidad?

¿Y si convertimos a los 60.000 voluntarios pasivos de la candidatura Madrid 2020 en actores de una nueva transformación ciudadana, no solo de la ciudad como espacio, que también, sino en actores de un proceso de participación y democratización de las decisiones políticas que crezcan desde el núcleo (la gente, los barrios) hasta tomar toda la ciudad y por tanto el Palacio de la Cibeles y la Puerta del Sol con nuevas ideas, nuevas propuestas y nuevas personas?

Todo esto se puede hacer, hace falta querer hacerlo e invertir las energías, los esfuerzos, los medios publicitarios y los medios económicos que se han invertido en tres proyectos Olímpicos fracasados.

Hace 4 años escribía que Gallardón era el alcalde del fracaso. Dos olimpiadas (ahora tres) perdidas, una M-30 que nos hundía en la miseria, unas líneas de metro que no llevaban a nadie a casi ningún sitio. 4 años después hay que decir que no es Gallardón, es un modelo de crecimiento (basado en la especulación), un modelo de política (basada en el cortoplacismo y el proyecto megalómano y populista) y una idea de la participación (basada en el “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”) lo que ha fracasado y con ella los políticos que la propiciaron.

Toca pues la hora de cambiar. Cambiar de paradigmas de ciudad y de región. Dejar de creernos el centro del mundo, para convertirnos en los creadores, los animadores, los impulsores de una nueva idea de Mundo.

Toca pensar, todos y todas, en cómo hacer posible no un sueño olímpico, sino un sueño de ciudad y de región nueva, distinta, moderna, desde todos y desde todas de verdad, un proyecto que quizás albergue unas olimpiadas, pero cuyo objetivo no sea las olimpiadas, sino la gente de Madrid.